De NARANJAS y SEMILLAS. Parte 1
De naranjas y semillas: mejora continua e innovación (Parte 1 de 2)
Sergio Arias Leitón, Coordinador, Programa a la Excelencia
Siempre me ha gustado usar metáforas para entender y en ocasiones explicar conceptos, por lo que en este artículo quise plasmar dos metáforas que me han sido muy útiles para entender los conceptos de mejora continua e innovación. Ninguna de las metáforas es de mi autoría completa, pero si las he aprovechado de buena manera en mi aprendizaje personal y en compartir el conocimiento en diversos foros y momentos.
Este artículo lo he dividido en dos partes, la primera dedicada al tema de mejora continua y la segunda al tema de innovación.
Parte1: Mejora continua… las naranjas
En el glosario de nuestro Criterio de Evaluación del Desempeño usamos la definición de mejora continua que se establece en la norma ISO 9000: 2015 y que es bastante sencilla: “Actividad recurrente para mejorar el desempeño”; y bueno cuando hablamos de mejorar el desempeño hay que entender que lo que buscamos es incrementarlo por medio de actividades y herramientas que se pueden hacer y aplicar en forma repetitiva y recurrente como lo indica la definición y que es al final lo que hace que el proceso sea continuo.
La continuidad del proceso y el hecho de que hay factores que para optimizarlos requerirán cada vez más recursos y esfuerzos (en economía esto lo podríamos asociar con la ley de los rendimientos decrecientes); hacen que la mejora continua sea un proceso que para garantizar su sostenibilidad en el tiempo requerirá aplicar nuevas técnicas, actividades y herramientas que permitan “exprimir” las oportunidades de mejora para alcanzar niveles superiores de desempeño.
Lo anterior, así como el aprendizaje en mis clases de maestría y Six Sigma Black Belt, con don Edwin Garro, en relación con la importancia de “cosechar” primero las “low hanging fruits” cuando se refiere a mejora de procesos y todo esto ligado al hecho de que en mi juventud me ganaba un dinero extra recolectando limones en mi casa para venderlos en sodas y bares en mi pueblo; me hicieron adoptar la metáfora de ver la mejora continua como bajar naranjas de un árbol.
Al bajar naranjas de un árbol, vamos a encontrar distintos niveles de dificultad y esfuerzo para ir cosechándolas:
- Las primeras puede que las encontremos incluso a ras de suelo y va a ser facilísimo levantarlas… cuidado que puede haber algunas picadas o podridas… lo más fácil no siempre resulta ser lo mejor.
- En el segundo nivel vamos a encontrar naranjas que podemos agarrar directamente con nuestras manos, también va a ser fácil e incluso en ese mismo nivel podría haber unas naranjas que serán más fáciles de agarrar que otras, pero el grado de esfuerzo va a ser mayor al estar de pie, hacer fuerza para bajar la naranja y tener la cabeza hacia arriba mientras agarramos todas las que podamos.
- Vamos al nivel de dificultad intermedio; las de mitad del árbol para arriba, donde ya no nos alcanzan los brazos, ahí vamos a tener que buscar alguna herramienta que podamos utilizar. Podemos valorar por ejemplo el uso de una varilla y jalar las naranjas con cuidado de que al caer no se exploten o no nos vayan a golpear en la cara u otra parte del cuerpo.
- Un poco más arriba, llegamos a un nivel incómodo para usar la varilla por lo que debemos buscar otra herramienta, por ejemplo una escalera, lo cual implicará el esfuerzo de traerla y colocarla de manera segura en el árbol para que no nos vayamos caer con todo y naranjas; eso sí una vez puesta y asegurada la escalera, siempre y cuando no padezcamos de vértigo (yo si por ejemplo), el trabajo va a ser casi tan fácil como alcanzarlas desde el piso y con una reducción significativa en la posibilidad de que se maltraten las naranjas al bajarlas. En cualquiera de estos dos casos (varilla o escalera) el esfuerzo es mucho mayor que el inicial y nuestro cuello y piernas sin duda lo resentirán.
- Llegamos al último nivel, donde probablemente estén las naranjas con el mejor color y tamaño, posiblemente las que nos hicieron pensar en iniciar la recolección de naranjas. La escalera y la varilla ya no llegan a ese nivel y tendremos que considerar escalar por las ramas o buscar otro medio, por ejemplo, un montacargas con canasta para subir al nivel de esas naranjas y bajarlas. La escalada puede ser muy peligrosa; un paso en falso y podemos quedar exprimidos en el piso. El montacargas nos brindará seguridad y facilidad para alcanzar, pero sin duda requeriría una alta inversión en equipo y personal capacitado para manejarlo, lo cual habría que cuestionarse si será una inversión que tenga un retorno a partir del valor, jugo y sabor de las naranjas de ese nivel.
En las empresas para mejorar continuamente sus sistemas y procesos vamos a encontrar una clara analogía con cada uno de los niveles que acabo de mencionar, y en cada nivel la complejidad de los problemas y el tamaño de las oportunidades de mejora y sus retornos va a ser diferente, por lo que es importante tener claro el set de herramientas que podemos aplicar (la mano, la varilla, la escalera o el montacargas), analizar bien su aplicabilidad al contexto de la situación en la que nos encontremos (el nivel de altura del árbol) y las condiciones existentes a nivel de recursos y competencias requeridas para hacer buen uso de dichas herramientas.
Lo cierto es que conforme vayamos avanzando en capitalizar nuestras oportunidades de mejora; los retos serán más grandes y difíciles de atender y tendremos que hacer uso de las herramientas y habilidades cada vez más robustas para alcanzar niveles de mejora continua superiores.
A manera de ejemplo en la aplicación de herramientas de lean y six sigma, hace unos días precisamente me encontré con una publicación en LinkedIn del perfil Industrial Knowledge (https://www.linkedin.com/posts/industrialknowledge_5-steps-towards-excellence-explained-visit-activity-6896776620703576064-7gxZ), la cual me llamó la atención desde que la vi pues hace uso de un árbol de naranja para brindar un ejemplo gráfico sobre la escalabilidad en la aplicación de herramientas para atender problemas de diversos niveles en la mejora de procesos y me permití tomar dicha referencia y alinearla con lo expuesto anteriormente por lo que les comparto la siguiente figura adaptada al contexto de este artículo.
Espero que esta analogía entre la mejora continua y la cosecha de naranjas pueda ser una referencia agradable, útil y aplicable a su contexto personal y laboral; en la segunda parte de este artículo haré otra analogía entre el concepto de innovación y la siembra y cosecha de naranjas, así que ojalá les interese.